El juego, un espacio privilegiado para el aprendizaje

El Juego, un espacio privilegiado, para el aprendizaje

Es evidente la necesidad de cambio que manifiestan los estudiantes, frente a los métodos empleados por el docente, para “dictar” la clase de Español ya que los niños y jóvenes de hoy, reclaman unas clases más dinámicas en las que además de adquirir conocimientos, a cerca de la literatura, los escritos narrativos, los signos de puntuación, entre otros temas que se trabajan el área, se diviertan y tengan un espacio para la lúdica y la recreación, en una clase diferente a la de Educación Física.

Lo anterior, nos lleva a reflexionar y a preguntarnos, sobre el qué hacer del docente y el cómo está orientando en el aula, estrategias que permitan en los estudiantes un aprendizaje significativo, a través del juego y que además desarrollen las competencias básicas en el alumnado, tanto individuales como grupales.

Pero las intenciones únicamente no bastan, pues se trata de hacer realidad el hecho de incorporar el juego en el aula, sin embargo, es preciso hacer un sondeo a cerca de los juegos que le gustan a nuestros estudiantes y estudiar la forma de adaptarlos a las distintas temáticas, pues es muy común escuchar entre ellos frases como “qué pereza esas sopas de letras”, “otro crucigrama”, entre otras expresiones espontáneas que salen de su sentir y ponen entre dicho, la labor de su docente.

Por otro lado, es importante reconocer las riquezas del juego y el significado que éste ha tenido a lo largo de la historia; en cuanto a sus ventajas, son innumerables, pues si bien este además de ser un derecho fundamental de los niños, “Derecho a la educación: Derecho a estudiar, jugar y a descansar”, [1] ayuda al niño a desarrollar sus sentidos, creando en é habilidades y destrezas que lo llevan descubrir su entorno.

Además, según Winnicot, “el juego el niño reúne objetos o fenómenos de la realidad exterior usándolos al servicio de su realidad interna o personal: sin necesidad de alucinaciones, revela así su capacidad para soñar al investir fenómenos exteriores de significación y sentimientos oníricos.”[2]

No obstante, es importante que tanto el docente, como papá o mamá, hagan una orientación previa acerca de los juegos que pueden ayudar al niño en su formación, ya que en la medida que éste va creciendo, adquiere autonomía en la selección de sus juegos y puede encontrar algunos no muy favorables para su formación personal, pues como nuevamente, afirma Winnicot, refiriéndose al juego: “Compromete al cuerpo porque manipula objetos y porque puede haber excitación corporal. Esta excitación en las zonas erógenas, los instintos, amenazan el jugar: aunque el juego es satisfactorio, puede elevar la ansiedad a niveles intolerables, destruyéndolo. El carácter excitante del juego no deriva del despertar de los instintos, sino de la precaridad de la acción recíproca, en la mente del niño, entre lo que es subjetivo (casi alucinación) y lo percibido objetivamente (realidad verdadera o compartida).”[3]

En cuanto a su definición, según S. Freud, “el juego es una actividad simbólica que permite al niño renunciar a una satisfacción instintiva, haciendo activo lo sufrido pasivamente, cumpliendo una función elaborativa al posibilitar la ligazón de las excitaciones recibidas”[4]

Finalmente, es importante hacer un llamado a la reflexión sobre nuestros distintos roles, en los que están involucrados los niños y los jóvenes que hacen parte de la cotidianidad de cada uno, para que no seamos nosotros quienes clasifiquemos los juegos que pueden servir o no, sino que orientemos este proceso, dando autonomía, para que sean los estudiantes o nuestros hijos quienes aprendan a realizar este ejercicio descubriendo las ventajas y las desventajas de cada juego y seleccionando aquellos que le sirvan para formarse como persona.

Hugo Alexander Ortiz Uribe
Centro Regional - Antioquia

[1] http://www.unicef.org/colombia/centro-ser.htm
[2] Winnicott D (1994) Juego y realidad. Barcelona: Gedisa.
[3] Ibid, Winnicott pág. 77
[4] Reynoso R, Psicopatología y clínica infanto-juvenil. Buenos Aires: Ed. Belgrano.

JUEGO Y LUDICA

ASESOR: FREDY GONZALEZ
ESTUDIANTE:LUZ MARINA TORO TORO
REGIONAL ANTIOQUIA

EL JUEGO COMO MEDIO PARA ABORDAR LA LITERATURA
Todo proceso de aprendizaje es inducido de generación en generación a través de la palabra: las narraciones, los textos literarios, las tradiciones orales; estos aspectos han permitido desarrollar y fortalecer en el ser humano la capacidad creadora, su relación estrecha con el entorno ( las personas, la naturaleza, la trascendencia y la búsqueda de su yo interior) , es así como el hombre descubre y desarrolla su tercera zona permitiéndole transformar su realidad externa en un mundo que lo lleve a vivenciar sus mas recónditas fantasías liberándose de quedar atrapado en sus miedos y temores ocasionados por su pasado y su tradición cultural.
El hombre es un ser en continuo proceso de formación, un ser inacabado que no solo se ha limitado a escuchar, sino que ha llevado este proceso a un nivel mas elevado, relacionando lo que escucha con seres y personajes que lo rodean, creando una nueva forma de expresar, trasmitir y sentir la tradición oral, asimilándolo de una forma real, por ende ha convertido su cuerpo en la mas grande expresión de la literatura.
“jugar nos ayuda a entender la vida y también el arte nos ayuda a entender la vida, pero no porque los cuentos digan de otra manera ciertos asuntos o expliquen con ejemplos lo que nos pasa, sino por las consecuencias que trae habitarlas, aceptar el juego por esa manera de horadar que tiene la ficción” (tomado del texto “la frontera indómita”
El juego como herramienta que potencia la tercera zona ha permitido que el hombre explore nuevas formas de generar ambientes lúdicos, creativos y de interpretación que conlleven a transformar la realidad, vinculando la parte visual, motora y psíquica facilitando la formación integral del ser humano, vinculando cuerpo y mente en uno solo.
Mediante la expresión artística y el juego aprendemos a entender la vida a conspirar con el universo, de tal manera que todo lo que nos rodea sea uno con el hombre; el ser humano está en continuo proceso de construcción lo que lo ha llevado a buscar nuevas fronteras del conocimiento, en el juego ha encontrado una manera fácil de aprender, ya que este está presente en todo el desarrollo cognitivo del ser humano, y sobre todo en cada una de las etapas del crecimiento del niño, lo que permite encontrase con su verdadero yo.
El juego como tal ha sido una de las grandes invenciones del hombre y es considerado una actividad de carácter universal común en todas las razas, épocas y para todas las condiciones de vida. El juego es la forma de entretenimiento que produce satisfacción y placer, gracias a él se puede disfrutar de un verdadero descanso, el juego favorece y estimula las cualidades morales en los niños como son: El dominio de si mismos, la honradez, la responsabilidad, la seguridad, la atención, la reflexión, la creatividad, la imaginación, la estrategia, entre otros, permitiéndole al niño resolver sus conflictos internos y enfrentar las situaciones posteriores con decisión, con pie firme. El juego va a contribuir a la adquisición de conocimientos, hábitos, destrezas, normas; potenciar la actividad del niño para facilitar su independencia, despertar la creatividad y la iniciativa, favorecer su imaginación y cubrir ciertas necesidades del niño, mientras juega, aprende y se divierte, por esto, los juegos y, por tanto, los juguetes son esenciales en las actividades cotidianas del niño, facilitando la exploración del medio que los rodea. Con el juego se nos proporciona la posibilidad de mantener el cerebro y, en muchas ocasiones también, el cuerpo ocupados y en movimiento. Ésta es una de las razones más poderosas por las que es tan importante. A través de los distintos juegos, los niños desarrollan sus capacidades, logran confianza en sí mismos, proporcionan las situaciones sociales adecuadas para practicar destrezas (físicas y mentales), y además se pueden explorar las potencialidades y limitaciones propias de cada uno.
El juego en si, vincula cada miembro del cuerpo, lo que hace que este genere todo tipo de movimiento, permitiendo una relación estrecha entre su yo interior y el mundo exterior potencializando cada una de las representaciones del cuerpo de una forma artística y expresiva generando situaciones de aprendizaje permanente mediante el movimiento, la palabra, el pensamiento y la imaginación.
Tanto en el juego como en la literatura el cuerpo realiza un papel muy importante ya que es este, el que manifiesta lo que se pretende decir por medio de sus sensaciones, el cuerpo no es solo un simple cúmulo de sistemas y órganos, es también como lo dicen muchos filósofos “el cuerpo es el espejo del alma” ya que somos una obra de arte andante, un ser corporalmente perfecto capaz de demostrar sus afectos, sentimiento, sensaciones y sobre todo capacidad para coexistir con otros seres.
El juego nos libera y nos lleva a lugares recónditos que muestran otra faceta importante de nuestra vida “los mundos imaginarios. Los juegos. Pequeños juegos privados y fugaces que apenas son un dibujo secreto – la niña que, sola, sin que nadie la vea, cruza el patio desierto jugando a volar, ondulando los brazos en el aire, sintiéndose gaviota-, y juegos a los que se vuelve una y otra vez, ritualmente, como habitaciones secretas que siempre están ahí, esperando.” (Tomado del texto la frontera indómita).
El juego será siempre una herramienta útil para el desarrollo integral de toda persona, ya que a través de el se crean las condiciones favorables para que se alcancen los objetivos en cada grado del aprendizaje, convirtiéndolo en un ser libre con pensamientos abiertos que ayudaran a mejora la convivencia y el bienestar de todo ser humano. Es por ello que el maestro debe participar como un jugador mas introduciendo nuevos argumentos, dándole mas contenidos para que el niño asuma diferentes roles y cumpla las acciones que allí se establecen mediante la utilización de diferentes juguetes y materiales tomados de la realidad del niño y presentes en su diario quehacer. Las relaciones que la actividad lúdica le impone a través de la interacción, la cooperación, la solidaridad y la libertad de participar en la actividad del juego, otorga invaluables elementos para el desarrollo socio-afectivo.